Es de sobra sabido que los medios de comunicación impactan
directamente sobre cómo perciben muchas personas su propia imagen. La
televisión, las revistas, la moda, los iconos de la música y un largo
etcétera de altavoces transmiten unos estereotipos físicos
-sobre todo de las mujeres- a los que es difícil sustraerse. Pero, ¿qué
pasa con las redes sociales?, ¿tienen la misma capacidad de influencia?
Una investigación coordinada entre científicos británicos y estadounidenses ha tratado de averiguarlo y sus resultados muestran que su impacto puede ser incluso mayor que el de los medios tradicionales.
Estos científicos estudiaron el caso de 881 jóvenes universitarias en un análisis que, entre otros factores, tuvo en cuenta sus hábitos de vida, su alimentación, el ejercicio que realizaban, cuál era su uso de la red social Facebook y cuál era su percepción de su propia imagen.
Al cruzar los datos comprobaron que emplear mucho tiempo en Facebook se asociaba con "más sentimientos negativos" sobre su propia imagen y "más comparaciones con los cuerpos de amigos". Asimismo, también observaron que, en el caso de las mujeres que estaban tratando de perder peso, el tiempo en la red social se correlacionaba con prestar más atención a la apariencia física.
"Esta atención a los atributos físicos puede ser incluso más peligrosa en las redes sociales que en los medios tradicionales ya que los participantes en estas redes son gente que conocemos. Estas comparaciones son mucho más relevantes y más impactantes. Y pueden ser tan poco realistas como las imágenes que vemos en los medios tradicionales", ha señalado en un comunicado Patya Eckler, investigadora de la Universidad de Strathclyde (Reino Unido) y una de las principales firmantes del estudio que se ha presentado en el 64 Congreso de la Asociación Internacional de Comunicación (celebrado en Seattle, EEUU).
La investigación no encontró ninguna relación directa entre pasar mucho tiempo en Facebook y un mayor riesgo de desarrollar trastornos de la alimentación, pero los investigadores advierten que esta asociación puede darse en dos pasos.
"Aunque el tiempo empleado en Facebook no tiene una relación con estos trastornos, sí fue capaz de predecir una peor imagen corporal entre los participantes", ha señalado Eckler, quien ha añadido que "como todos los expertos en este campo saben, una mala imagen corporal puede conducir gradualmente al desarrollo de una relación poco sana con la comida".
Con estos datos en la mano, ha subrayado, "los profesionales de salud pública que trabajan en el área de los trastornos de la alimentación y su prevención ahora tienen una evidencia clara de cómo las redes sociales se correlacionan con la imagen corporal que tienen las mujeres universitarias".
No es la primera vez que una investigación asocia el uso continuado de las redes sociales con algún problema de tipo psicológico. Recientemente, un trabajo publicado en Plos One señalaba que podía establecerse un vínculo entre el uso de la red y un estado de malestar.
Una investigación coordinada entre científicos británicos y estadounidenses ha tratado de averiguarlo y sus resultados muestran que su impacto puede ser incluso mayor que el de los medios tradicionales.
Estos científicos estudiaron el caso de 881 jóvenes universitarias en un análisis que, entre otros factores, tuvo en cuenta sus hábitos de vida, su alimentación, el ejercicio que realizaban, cuál era su uso de la red social Facebook y cuál era su percepción de su propia imagen.
Al cruzar los datos comprobaron que emplear mucho tiempo en Facebook se asociaba con "más sentimientos negativos" sobre su propia imagen y "más comparaciones con los cuerpos de amigos". Asimismo, también observaron que, en el caso de las mujeres que estaban tratando de perder peso, el tiempo en la red social se correlacionaba con prestar más atención a la apariencia física.
"Esta atención a los atributos físicos puede ser incluso más peligrosa en las redes sociales que en los medios tradicionales ya que los participantes en estas redes son gente que conocemos. Estas comparaciones son mucho más relevantes y más impactantes. Y pueden ser tan poco realistas como las imágenes que vemos en los medios tradicionales", ha señalado en un comunicado Patya Eckler, investigadora de la Universidad de Strathclyde (Reino Unido) y una de las principales firmantes del estudio que se ha presentado en el 64 Congreso de la Asociación Internacional de Comunicación (celebrado en Seattle, EEUU).
La investigación no encontró ninguna relación directa entre pasar mucho tiempo en Facebook y un mayor riesgo de desarrollar trastornos de la alimentación, pero los investigadores advierten que esta asociación puede darse en dos pasos.
"Aunque el tiempo empleado en Facebook no tiene una relación con estos trastornos, sí fue capaz de predecir una peor imagen corporal entre los participantes", ha señalado Eckler, quien ha añadido que "como todos los expertos en este campo saben, una mala imagen corporal puede conducir gradualmente al desarrollo de una relación poco sana con la comida".
Con estos datos en la mano, ha subrayado, "los profesionales de salud pública que trabajan en el área de los trastornos de la alimentación y su prevención ahora tienen una evidencia clara de cómo las redes sociales se correlacionan con la imagen corporal que tienen las mujeres universitarias".
No es la primera vez que una investigación asocia el uso continuado de las redes sociales con algún problema de tipo psicológico. Recientemente, un trabajo publicado en Plos One señalaba que podía establecerse un vínculo entre el uso de la red y un estado de malestar.
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