De entre las ideas que se barajan para intentar luchar a gran escala
contra el calentamiento global está la de seleccionar vegetales con las
condiciones adecuadas para ello, o modificar a otros para que las
posean, y plantarlos por doquier, llenando con esas plantas amplias
extensiones de tierra de nuestro planeta. Sin embargo, parece más
factible emplear la gran extensión de tierra agrícola ya en uso, y
reclutar para esa guerra a cultivos alimentarios comunes en vez de a
vegetales exóticos o marginales. De ese modo, la lucha agrícola contra
el cambio climático no competiría contra la agricultura alimenticia.
Además, parece inevitable que habrá que reforzar de un modo u otro los
cultivos agrícolas más comunes para que soporten mejor los efectos
nocivos que el calentamiento global tendrá en amplias zonas de tierras
fértiles del planeta.
Hacia esos fines se ha dirigido una
reciente investigación, cuyos resultados muestran que las plantas de
soja pueden ser modificadas para aumentar su rendimiento agrícola,
necesitando al mismo tiempo menos agua y ayudando a paliar el
calentamiento global promovido por los gases con efecto invernadero. El
estudio es el primero en demostrar que un cultivo alimenticio de amplio
consumo puede ser modificado para cumplir múltiples objetivos a un
tiempo.
El equipo de Darren Drewry, del JPL (Jet Propulsion
Laboratory, o Laboratorio de Propulsión a Chorro) de la NASA en
Pasadena, California, así como Praveen Kumar y Stephen Long, ambos de la
Universidad de Illinois en el mismo país, Estados Unidos, utilizaron un
modelo avanzado de vegetación y técnicas de optimización informática de
alto rendimiento. Éste ha permitido determinar que modificando las
plantas de soja en varias formas, sería posible incrementar su
productividad en un 7 por ciento sin utilizar más agua. Las plantas de
soja también pueden ser modificadas para usar un 13 por ciento menos de
agua o para reflejar un 34 por ciento más de luz de regreso al espacio,
sin que ello reduzca las cosechas. En este último caso, por ejemplo, los
campos de soja seguirían dando el mismo rendimiento alimentario que
ahora y además combatirían activamente el calentamiento global.
El modelo utilizado en este estudio fue desarrollado inicialmente por
Drewry para estudiar los sistemas agrícolas de la región central de
Estados Unidos, pero puede ser modificado para investigaciones sobre
otros tipos de vegetación. Captura con gran detalle los movimientos del
dióxido de carbono, el agua y la energía entre la vegetación y la
atmósfera.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10134/cultivos_agricolas_alimentarios_con_capacidad_de_lucha_contra_el_calentamiento_global/
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