Unos científicos han observado en un compuesto de hierro propiedades
magnéticas asociadas habitualmente a las que se observan en los
elementos químicos conocidos como Tierras Raras. Lo llamativo es que
este nuevo compuesto basado en el hierro no contiene ningún elemento de
este tipo. Las citadas propiedades magnéticas se dan cuando el átomo de
hierro se posiciona entre dos átomos de nitrógeno.
En los imanes
modernos, el hierro les proporciona importantes cualidades, entre ellas
la derivada de que ese metal es abundante y barato. Pero la receta del
imán debe también incluir elementos Tierras Raras, que otorgan
“permanencia” a los imanes, o la capacidad de mantener fija la dirección
de su campo magnético (lo que constituye un ejemplo de anisotropía). El
reto es que los materiales Tierras Raras son caros. Por tanto, la
próxima generación ideal de imanes permanentes debería basarse más en
hierro y otros materiales abundantes y menos en Tierras Raras.
El
descubrimiento hecho por el equipo del físico Paul Canfield, del
Laboratorio gubernamental de Ames, en Iowa, Estados Unidos, abre la
posibilidad de alcanzar pronto esa meta, impulsando así avances notables
en campos que van desde el de los motores en automóviles eléctricos o
híbridos, hasta el de las turbinas eólicas de alta eficiencia.
El compuesto de hierro no era fácil de prever. El uso de uno de los
componentes, el nitrógeno, en una disolución, no había sido aún bien
explorado porque, dado que normalmente pensamos en él como un gas,
resultaba difícil asumir que podía haber un modo práctico de agregarlo
en una disolución. Sin embargo, Canfield, Anton Jesche y sus
colaboradores encontraron que el litio parecía ser capaz de mantener al
nitrógeno en la disolución deseada. Así pues, los científicos mezclaron
litio y polvo de nitruro de litio, y funcionó. Se logró elaborar la
disolución deseada.
Entonces, el grupo añadió hierro y, para su sorpresa, éste se disolvió.
Normalmente,
el hierro y el litio no se mezclan. Parece que añadir nitrógeno al
litio en la disolución permite que el hierro se incorpore del modo
deseado.
Los cristales individuales resultantes proporcionaron
aún más sorpresas: el campo externo contrario necesario para invertir la
magnetización era de más de 11 teslas, tanto como un orden de magnitud
superior a lo que se encuentra habitualmente en cristales individuales.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10245/propiedades_magneticas_inesperadas_en_un_compuesto_de_hierro/
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