Los monos macacos comparten con los seres humanos el 97,5% de sus
genes, un porcentaje que baja al 93% si se comparan las secuencias de
ADN en común. Un parecido genético bastante similar al que guardan
humanos y chimpancés, que hace unos seis millones de años se separaron
evolutivamente de nuestros ancestros, frente a los 25 millones de años
transcurridos desde que los macacos siguieron una evolución distinta.
La secuenciación de sus genomas ha mostrado científicamente un
parecido que etólogos y neurobiólogos comprueban día tras día en sus
laboratorios con los variados y cada vez más complejos experimentos de
comportamiento a los que someten a estos animales. Cuanto más se
observan, más sorprendentes son los resultados, como los obtenidos por un nuevo estudio que muestra habilidades aritméticas de los macacos hasta ahora desconocidas.
Anteriores investigaciones habían sugerido que las operaciones
matemáticas no son exclusivas del hombre, sino resultado de los procesos
evolutivos. Se comprobó, por ejemplo, que los macacos pueden aprender a
contar, descartando así que la comprensión de conceptos numéricos
dependa de la adquisición del lenguaje humano.
La nueva investigación, publicada esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),
demostró que cuando son entrenados a largo plazo, estos monos son
capaces de sumar cifras y realizar cálculos sencillos para estimar qué
cantidades son mayores, pues elegir la cifra mayor suponía que su
recompensa también lo era.
«Diseñamos este experimento para explorar el papel del aprendizaje en la organización del cerebro. Ellos
desarrollan regiones especializadas como hacemos nosotros en el lóbulo
temporal», explica a EL MUNDO a través de un correo electrónico Margaret
Livingstone, profesora de Neurobiología en la Facultad de Medicina de
Harvard (EEUU).
El estudio se realizó con tres ejemplares adultos jóvenes de macacos
Rhesus (Macaca mulatta). Estos animales han protagonizado todo tipo de
estudios de comportamiento animal, como un experimento que reveló que
eran capaces de reconocer su imagen en un espejo, y hasta han
participado en misiones espaciales de la NASA y la agencia rusa en los
años 50 y 60.
Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/04/21/535566d822601d2e278b4580.html
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