La vacuna
contra el sarampión ha logrado reducir en un 71% las muertes por esta
enfermedad en todo el mundo entre el año 2000 y 2007. Sin embargo,
todavía se estima que cada año los fallecimientos
por esta infección ascienden a 122.000, según datos de 2012. Fallos en
la cobertura de la inmunización pueden estar detrás de estas muertes y
también el hecho de que esta infección se propaga fácilmente. Por este
motivo, desarrollar otras estrategias terapéuticas está en la mente de
muchos investigadores.
La iniciativa más reciente es la de diferentes grupos de
investigadores de la Universidad de Atlanta (EEUU), del Instituto
Federal de Biomedicamentos y Vacunas de Largen (Alemania) y de la
Facultad de Medicina de Singapur cuyos resultados publica esta semana la
revista Science Translational Medicine. Se trata de un fármaco oral de
la familia de los inhibidores alostáticos de la polimerasa, denominado
con las siglas ERDRP-0519, y que se ha probado para un virus canino que
es muy similar al del sarampión y tan letal como éste en hurones,
animales donde probaron el medicamento.
De esta manera, los hurones que fueron infectados por este virus recibieron dos dosis del antivirual al día durante dos semanas
junto con medicamentos para paliar los síntomas de la infección. Los
investigadores compararon su evolución con la de un grupo control de
hurones a los que sólo se les administró la terapia para paliar los
síntomas.
Tras ese periodo, todos los animales tratados con el antiviral presentaron una reducción del 98% de su carga viral, quedaron libres de la enfermedad y desarrollaron una robusta inmunidad contra el virus.
Por otro lado, los investigadores explican que el fármaco, de comprobar su utilidad en humanos, podría utilizarse de manera profiláctica
en todas aquellas personas, amigos o familiares, que hayan estado en
contacto con la persona infectada. "La fuerte respuesta inmunológica en
los animales tratados es particularmente estimulante, porque sugiere que
el medicamento puede no sólo salvar la vida de las personas enfermas
sino también contribuir a estrechar las grietas de la inmunidad frente
al sarampión en una población", asegura Richar Plemper, del Instituto
Emory para el Desarrollo de Fármacos y uno de los autores del estudio.
A pesar de los resultados positivos de este trabajo, los investigadores advierten de que ésta no es una terapia que sustituya a la vacuna sino otra ayuda dirigida al esfuerzo de eliminar esta enfermedad.
Vía: http://www.elmundo.es/salud/2014/04/17/534e8976e2704ec13f8b4573.html
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