Una investigación desvela que los volcanes pueden pasar muy rápidamente
de un estado durmiente a un estado eruptivo. El magma almacenado durante
miles de años puede brotar en apenas dos meses.
El equipo del
geólogo Adam Kent, de la Universidad Estatal de Oregón en Estados
Unidos, ha centrado su estudio en el caso de un volcán local, el Monte
Hood de Oregón.
Los resultados de la investigación sugieren que
el magma ubicado a una profundidad de entre 4 y 5 kilómetros bajo el
monte Hood ha estado almacenado casi en estado sólido durante miles de
años. Sin embargo, el tiempo que demoraría en licuarse y brotar es
sorprendentemente corto, quizás de apenas un par de meses.
El
paso crucial para que se inicie una erupción es que la temperatura de la
roca se eleve hasta más de unos 750 grados centígrados, lo cual puede
suceder cuando el magma caliente de las profundidades de la corteza
terrestre se eleva hasta la superficie.
Fue la mezcla de lava
líquida caliente con magma sólido más frío lo que desencadenó las dos
últimas erupciones del Monte Hood, hace unos 220 años y unos 1.500,
respectivamente.
Si la temperatura de la roca es demasiado fría, al magma le es difícil
moverse. El umbral, al menos en el caso del Monte Hood, parece estar en
torno a los 750 grados centígrados. Si se calienta aproximadamente entre
50 y 75 grados por encima de ese valor, disminuye mucho la viscosidad
del magma y éste se mueve con más facilidad.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10039/el_paso_de_un_volcan_durmiente_a_un_estado_eruptivo_puede_ser_mucho_mas_rapido_de_lo_creido/
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