El número de abejas se está reduciendo notablemente debido
al uso masivo de sustancias tóxicas, a la acción de determinados
parásitos y a diferentes factores climáticos. Un nuevo análisis
realizado a escala europea publicado por la organización
conservacionista Greenpeace señala que dos terceras partes del polen -el 67%- recolectado por las abejas está contaminado por insecticidas (clorpirifos, tiacloprid), acaricidas, fungicidas (buscalida) y herbicidas comercializados por las compañías Bayern, Syngenta y Basf.
El informe, La pesada carga de las abejas, detalla
que en las 132 muestras de polen recolectado por abejas melíferas (107
recogidas a partir de trampas de piquera y 25 del polen que se encuentra
en los panales) se detectaron 53 sustancias químicas distintas. Además,
cuenta que la interacción de estos productos químicos entre sí afecta
gravemente a la supervivencia de este insecto polinizador.
«Sin duda el informe de Greenpeace demuestra que las
evidencias están ahí y señala que no es solo un factor el que está
afectando a las abejas, sino que varios factores provocan el declive de
las abejas. Entre estos factores destaca el uso de los plaguicidas, algo
que se puede regular desde la Comisión Europea», explica a EL MUNDO
Juan Ferreirim, responsable de la campaña de agricultura de Greenpeace.
Vía: http://www.elmundo.es/ciencia/2014/04/17/534e8e36268e3e33638b4574.html
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