Una investigación revela que el "humo de tercera mano" (el residuo del
humo de tabaco que persiste, pegado a superficies, mucho tiempo después
de que un cigarrillo ha sido apagado) promueve la hiperactividad, causa
daños pulmonares y hepáticos, y retrasa la curación de heridas. Esos
residuos adheridos a superficies sufren reacciones químicas a medida que
transcurre el tiempo y pueden volverse más tóxicos de lo que eran al
principio.
El equipo de Manuela Martins-Green, profesora de
Biología Celular en la Universidad de California en Riverside, Estados
Unidos, estudió en ratones los efectos del humo de tercera mano en
varios órganos, bajo condiciones que simulaban la exposición al humo de
tercera mano en seres humanos. Martins-Green y sus colegas han
descubierto que los daños más significativos se producen en el hígado y
en los pulmones. Además, estos ratones mostraban hiperactividad y sus
heridas tardaban más tiempo en curarse.
Los resultados del
estudio ofrecen una base suficiente para que se puedan iniciar
investigaciones detalladas sobre los efectos tóxicos del humo de tercera
mano en humanos, y deberían servir para ayudar a las autoridades a
decidir el establecimiento de nuevas normativas para prevenir la
exposición involuntaria al humo de tercera mano.
El humo de tercera mano es una amenaza potencial para la salud de
personas que conviven con un fumador que fuma en el hogar, o que
trabajan en ambientes donde fumar está permitido o lo ha sido hasta
fechas recientes, como por ejemplo algunos bares. Fumar habitualmente en
casa hace que el humo de tercera mano contamine de forma notable la
vivienda, tanto en las superficies como en el polvo, incluidas las
habitaciones en las que no se fuma, como por ejemplo las de los niños.
La nicotina reemitida desde las superficies interiores contaminadas de
estos hogares puede llevar a niveles de exposición a la nicotina
similares a los que se sufre al fumar. El humo de tercera mano, del que
derivan potentes carcinógenos (sustancias que promueven la aparición de
cáncer), es difícil de erradicar. Hay estudios en los que se ha
encontrado que aún persiste en superficies y en el polvo de viviendas
donde vivían fumadores, tras más de ocho semanas después de que estos se
hayan mudado.
Vía: http://noticiasdelaciencia.com/not/10009/mas_problemas_de_salud_causados_por_los_residuos_de_humo_de_tabaco_pegados_a_superficies/
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